Ungulados de la RBTC

En la RBTC habitan 3 especies de ungulados silvestres:

Pecarí de collar, Pecari tajacu
Foto tomado por el proyecto de Biodiversidad por  IBUNAM-RBTC

El pecarí es un artiodáctilo de cuerpo es robusto, la cola vestigial y la cabeza grande. Los caninos están ampliamente desarrollados y la nariz termina en un disco nasal. Las extremidades son cortas, delgadas y terminan en pezuña. La coloración del adulto varía de grisácea a negra en las extremidades y el tronco, pálida en el vientre y la punta de las orejas; presenta una franja amarillenta o blanquecina a manera de collar en ambos lados del cuello. En la parte norte de su distribución, la coloración en el adulto se torna más obscura en invierno. El color del pelaje de las crías varía de amarillento a café claro o rojizo, presentando una franja más obscura en la línea media dorsal; después de los tres meses la coloración de las crías se torna como la de los adultos. El pelaje está constituido por cerdas que en el dorso son más gruesas y largas que en el resto del cuerpo; posee una crin eréctil a lo largo de la línea media dorsal a partir de la cabeza. Presenta una glándula de almizcle en la parte posterior del dorso. No presenta dimorfismo sexual significativo; En Estados Unidos y norte de México son de mayor tamaño que en el Centro y Sudamérica. En condiciones silvestres las hembras posiblemente adquieren la madurez al año de edad y permanecen reproductivas prácticamente hasta su muerte. Los machos maduran entre los 10 y los 11 meses de edad y la producción de esperma declina a los siete años de edad. Los machos son sexualmente activos durante todo el año y el estro de las hembras dura de tres a cinco días y ocurre en ciclos de 22 a 24 días durante todo el año. El periodo de gestación varía de 141 a 151 días, siendo 146 el promedio. El tamaño promedio de la camada es de dos crías. En cautiverio el registro de mayor longevidad es de 24 años y ocho meses, mientras que en condiciones silvestres el promedio de vida es de alrededor de siete años. El pecarí es omnívoro aunque principalmente se alimenta de plantas. En zonas áridas, al norte de su distribución, las cactáceas predominan en su dieta. En el bosque tropical se alimenta de frutas, semillas de palmas, raíces, tubérculos, hierbas, caracoles y otros animales pequeños. Comúnmente puede causar daños considerables al maíz y otros cultivos. La dieta del pecarí en el bosque tropical caducifolio de Jalisco está constituida por 46% y 50% de raíces, 43% y 39% de hojas, y 10 y 11% de fruta durante la época de lluvias y de secas respectivamente. Las raíces son el principal constituyente durante la época de secas, mientras que las hojas en la época de lluvias. En otros bosques tropicales caducifolios también se ha observado que el consumo de raíces de baja calidad también se incrementa conforme disminuye la disponibilidad de hojas y frutos que tienen mayor calidad nutricional. El pecarí consume frutos de Opuntia exelsa, Ficus spp., Brosimum alicastrum, Spondias purpurea, Vitex mollis, Sideroxylon capiri y algunas leguminosas. En particular, el consumo de frutos de ciruelo (Spondias) se ve favorecido por la actividad del forrajeo de las chachalacas (Ortalis poliocephala) quienes incrementan la tasa de caída de los frutos. Una situación similar se ha observado entre esta especie de pecarí y tropas de monos forrajeando frutos arriba de los árboles. En Estados Unidos se han registrado manadas de hasta 50 individuos, mientras que en áreas tropicales forman grupos de hasta 20animales, aunque usualmente son de 6 a 9 individuos. En bosques tropicales de Jalisco, el número de individuos varía entre 1 y 12. El tamaño de la manada variará de acuerdo a las características del hábitat. Durante todo el año las mandas están constituidas de animales adultos y jóvenes, sin embargo, entre octubre y noviembre se han observado crías por lo que es muy probable que los nacimientos ocurran entre julio y agosto. En Venezuela, Panamá y Perú, el 47%, 75% y 87% de las manadas estuvieron formadas por menos de 5 individuos respectivamente. En contraste en Arizona, donde se distribuye la misma subespecie que hay en Chamela, la densidad es de 11.8, 4.4 pecaríes/km2. Existe una subdivisión de manadas en bosques tropicales y en zonas áridas de Texas, donde las manadas de pecaríes se subdividen en grupos más pequeños en aquellas zonas donde hay baja disponibilidad de recursos alimenticios. En contraste, la manda entera y la agregación de manadas distintas es un mismo sitio ocurre en aquellas áreas de lata abundancia de alimento. El área de actividad de una manada varía según la latitud y la época del año pudiendo ser de 1.6 a 5 km2. Marcan su territorio con almizcle y lo defienden activamente. La glándula dorsal está involucrada tanto en el marcaje del territorio como en las interacciones sociales. Son activos tanto por el día como por la noche. Entre sus depredadores se ha registrado al puma (Puma concolor), jaguar (Panthera onca), coyote (Canis latrans), oso negro (Ursus americanus) y águila dorada (Aquila chrysaetos). Potencialmente, el ocelote (Felis pardales), los cocodrilos, la boa (Boa constrictor) y otras aves rapaces grandes quizás depredan a las crías. En la costa de Jalisco, el jaguar y el puma usan arroyos rodeados de bosque tropical subperennifolio como rutas de búsqueda en sus actividades diarias. Por lo tanto, cuando los pecaríes usan el bosque subperennifolio, disminuyen el riesgo de depredación por un felino grande permaneciendo en una manada grande. El pecarí de collar es intensamente cazado tanto por deporte como por su carne y pieles para la subsistencia de pobladores rurales. En Sudamérica es elevada la presión de cacería ya que se comercia con sus pieles a gran escala. En el sur de estado Unidos la cacería deportiva de esta especie genera una derrama económica considerable. Se encuentran en un amplio espectro de tipos de vegetación que incluyen al bosque tropical perennifolio, subcaducifolio y caducifolio, bosque espinoso, matorral xerófilo, pastizales, bosque de encino, bosque de coníferas, bosque mesófilo de montaña y en áreas transformadas o con vegetación secundaria. Se han encontrada desde el nivel del mar hasta los 3000 msnm. En México, la mayoría de los registros de distribución se ubican al nivel del mar y a los 800 msnm. Está enlistado en el Apéndice II de la CITES. Ha desaparecido de extensas regiones en el centro de México pero suele ser abundante en la costa de Jalisco, San Luis Potosí, Tamaulipas y en las zonas de bosque tropical como Calakmul en Campeche y la Selva Lacandona y El Ocote en Chiapas.


Venado cola blanca, Odocoileus virginianus
Foto tomada en San Gabriel Casa Blanca, Oax.

 
El venado cola blanca se caracteriza por tener un mechón de pelos blancos en la base de la cola la cual levanta cuando esta excitado o en huída. Su figura es estilizada y fina, cuenta con un cuello largo y cabeza elongada, sus patas son delgadas pero fuertes. Los machos tienen una característica en particular que es la presencia de astas. Estas, se dirigen hacia fuera y adelante del cráneo y están formadas por una rama principal de las que surgen de 2 a 6 ramificaciones regularmente. El color del pelaje es de un café grisáceo en invierno y rojizo en el verano; aunque no todas las subespecies cambian la coloración del pelaje. Los cervatillos tienen un pelaje rojizo moteado de blanco hasta los tres meses. Este venado es muy activo durante las primeras horas de la mañana y en el crepúsculo; pero esto dependerá del sexo, edad, época reproductiva, características del hábitat, disponibilidad de alimento, depredadores y actividades humanas. El grupo social más común lo constituye la hembra y sus crías. Generalmente los machos durante la época no reproductiva  se asocian a grupos mixtos; volviéndose solitarios en la época reproductiva. El tamaño de los grupos tiende a ser mayor en hábitats abiertos en comparación con los boscosos, donde predominan grupos pequeños. El patrón general de dispersión del venado cola blanca parece estar fuertemente sesgado al sexo, siendo los machos los que regularmente se dispersan. Por lo general las densidades son de menos de 15 ind/km2 pero pueden alcanzar densidades poblacionales de hasta más de 40 ind/km2 , sin embargo, esto sólo se ha registrado en lugares muy productivos y en ausencia de depredadores. La estación reproductiva del venado cola blanca dura alrededor de 3 meses. Los cervatillos en el Norte del país, nacen en agosto y septiembre. La mayoría de las hembras tienen entre 16 y 18 meses cuando se aparean por primera vez. En las etapas de gestación, el parto y la lactancia es donde la hembra tiene la mayor demanda energética. Esta etapa se da en sincronía con la mayor calidad y disponibilidad de recursos. El periodo de gestación promedio es de 196 a 205 días.  El parto generalmente se realiza en lugares aislados y bien protegidos. Las hembras primerizas tienden a tener una cría, mientras que las hembras adultas pueden parir de dos o hasta tres crías dependiendo del alimento disponible entre otros factores. Cuando nacen los cervatillos tienden a mantenerse ocultos en la vegetación e inactivos durante las primeras tres o cuatros semanas de edad. Las astas les crecen cada año al principio de la época de lluvias, aproximadamente una semana después del desprendimiento de las astas viejas (mayo y junio). El tamaño de las astas no indica la edad del venado, sino de la calidad y cantidad de alimento. La muda de dichas estructuras ocurre durante la época de apareamiento. Su dieta varia estacional y localmente; es quizás la característica de adaptabilidad más notable de esta especie. Se alimenta de hojas, renuevos y frutos, de materia vegetal de tipo “leñoso” que proviene de árboles y arbustos. Tiene hábitos alimenticios selectivos. Por lo general tiene tres picos de actividad de forrajeo durante el día: en la mañana (5:00 a 8:00 hrs), tarde (17:00 a 19:00 hrs) y en la noche y madrugada (22:00 a las 1:00 hrs).  Sus principales depredadores son el humano, el puma que depreda principalmente a adultos y juveniles, el coyote y el gato montés los cuales depredan cervatillos. En zonas tropicales el jaguar y el ocelote. Su distribución alcanza gran variedad de ecosistemas (selvas tropicales, bosques de coníferas y zonas semiáridas) desde el nivel del mar hasta los 2800 msnm. El venado cola blanca es una especie que se adapta y tolera las actividades humanas.  Aún se encuentran en bosques altamente perturbados siempre y cuando haya algún fragmento de su hábitat que les brinde alimento, agua y cobertura de protección.  Esta especie de venado tiene una gran importancia económica y cinegética. En algunos lugares también es cazado para consumo de carne y la venta de pieles. Además juega un papel importante en la cosmogonía de algunas culturas indígenas.  Algunas actividades humanas así como la pérdida de su hábitat y la cacería indiscriminada han disminuido drásticamente su población. La cacería deportiva que se practica sin permisos y fuera de la temporada tiene un impacto negativo en las poblaciones de venado; las practicas de caza como el  “lampareo” o arreadas están prohibidas. Este tipo de actividades motivadas por la obtención de “trofeos” puede llegar a tener consecuencias graves para la conservación de este venado. Otra de las mayores amenazas para esta especie es la traslocación de subespecies que tiene una mayor talla en área de distribución que son exclusivas de especies con una talla menor.


Venado temazate rojo (Mazama temama)


Foto de venado en cautiverio tomada por Alberto González-Gallina.


El venado temazate, es el venado de tamaño más pequeño en México; sólo existen dos especies de este animal en el país, el temazate rojo (Mazama temama) y el temazate café (M. pandora). Los temazates son cérvidos que a diferencia de otros  venados, han sido muy poco estudiados debido a que los hábitos de este género provocan que sea más complicado rastrearla de lo que sería un venado cola blanca, por ejemplo. El temazate rojo, también llamado mazate o cabrito rojo se distribuye en selvas tropicales perennifolias, subperennifolias y bosques mesófilos a lo largo de la costa del Golfo de México, desde Tamaulipas hasta la Península de Yucatán, abarcando casi toda Centroamérica hasta el oeste de Colombia, en el estado de Campeche, Quintana Roo y Yucatán comparte territorio con el temazate café, el cual solo se encuentra en la Península de Yucatán y probablemente en el norte de Guatemala y noroeste de Belice. Según la especie, su tamaño puede ser de 65 a 135cm, pesando de 12 a 32kg. M. temama tiene un color rojo obscuro y de acuerdo a diferentes regiones puede tener variaciones en el color, su piel es blanca en la parte interna de las piernas, en la garganta, labios, dentro de la oreja y en la parte baja de la cola, sus astas que solo las presentan los machos, son pequeñas, sin ramificaciones y dirigidas hacia atrás. M. pandora tiene un pelaje café grisáceo o café, el vientre puede ser de color más claro o blanquecino. La frente es más ancha que la del temazate rojo. Las astas tampoco tienen ramificaciones y llegan a medir de 112 a 142 mm. Los temazates son animales muy tímidos y cautelosos lo que hace difícil su observación. Comúnmente son solitarios, salvo cuando hembras y machos se encuentran para el cortejo y cuando las hembras tienen a sus crías. La información sobre su conducta reproductiva está basada únicamente en observaciones causales y en cautiverio, ésta se presenta a lo largo del año pero hay épocas en que los nacimientos son mayores. El periodo de gestación en libertad es de aproximadamente 210 días y bajo condiciones de cautiverio fluctúa entre 222 y 228 días. Sus hábitos son en el día, pasando la mayor parte del tiempo en busca de alimento  que consiste en plantas y plántulas (consumiendo los tallos y hojas), de frutas, semillas y hongos. En algunas ocasiones al amanecer o anochecer puede desplazarse a campos de cultivos cercanos para alimentarse. Sí bien este animal puede vivir en áreas perturbadas como acahuales por ejemplo, llega a desaparecer si la selva o bosque alto son totalmente destruidos. Algunos estudios han demostrado que las mayores densidades de la especie se encuentran en zonas mejores conservadas, lejanas a asentamientos humanos, con topografía accidentad, pendientes y con cuerpos de agua cercanos. Algunos ejemplos de los principales depredadores de estos venados son los seres humanos, el jaguar y el puma. La caza excesiva de este venado y la destrucción de su hábitat son las principales causas de que sus poblaciones se estén haciendo más pequeñas con el paso del tiempo. En la actualidad los temazates no se encuentran en ninguna categoría de protección debido a que el conocimiento que se tiene de la especie aún no es suficiente, pero sí es necesario tener un permiso para su caza y es evidente que se encuentran amenazados por la reducción de su hábitat natural. En el estado de Oaxaca, se ha registrado la presencia de M. temama en La Sierra de Juárez, donde la mayor parte de las localidades donde cae su presencia, no se encuentran dentro del polígono de la Reserva de la Biosfera de Tehuacán-Cuicatlán. Los sitios en que el temazate rojo se distribuye comprenden Bosque Mesófilo y Bosque de Pino-Encino



La información de la historia historia natural de cada especie esté basada en el libro "Los Mamíferos Silvestres de México" editado por Ceballos y Oliva (2005), CONABIO, México D.F.